martes, 5 de febrero de 2013

Si tu amiga se tira a un pozo ¿Tu también?

Eso es lo que normalmente te dicen las madres cuando quieres imitar algo que alguna de tus amistades hace, el problema es que ellas tampoco están excentas de dar algún resbalón por emular alguna acción de un familiar o conocido. Como mi primo se casa en mayo, su hermanita decidió  empezar un ayuno de diez días,  consistente en una especie de limonada endulzada con miel y una pizca de pimienta de Cayena. Como mi tía comentó que la chica había bajado mucho de peso, mi mamá se decidió a hacerlo, no sin antes arrastrarme en su cruzada. Como ese ayuno es básicamente para desintoxicar, accedí a probar. 

El primer día me levanto y voy a la cocina por mi "limonada salvadora" y me encuentro a mi madre con su café con leche y una hojaldra rellena de puré de manzana. Después de armarle un pequeño escándalo (ya que ella es la primera en insistirme que yo resista y baje de peso y no coma pendejadas) empezamos a consumir el brebaje reparador.

El día transcurrió tranquilo y en la tarde me fui a trabajar como todos los días. Mi sorpresa fue que al regresar, mi pobre madre se estaba retorciendo de dolor porque la limonada le estaba limpiando TODO el organismo. Tenía nauseas, muchas ganas de ir al baño y prácticamente no se podía mover. Así estuvo ayer y apenas hoy se levantó. Gracias a Dios, hoy estuvo como si nada hubiera sucedido. 

Obviamente, juró no volver a beber la limonada y empezar a comer de una manera más saludable. Hoy se llevó su ensalada de frutas a la escuela. 

Por mi parte, yo sí la sigo tomando (me sabe como a chelada) pero la combino con ensalada para no andar "pariendo chayotes" en el trabajo. Suficiente dolor de cabeza me da mi jefe.

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