viernes, 11 de febrero de 2011

¿On tan mis esquís?

¿Alguien sabe dónde conseguir zapatos grandes? Ser talla extra no aplica solamente a unas prominentes curvas, sino también a los olvidados y desgastados pies. Si pudiera también tomaría cursos de zapatería pero no creo terminar ni unas míseras chanclas... Oh Dios, mis pobres pies.

Antes de año nuevo me paseé por cuanta tienda pude aquí, en Playa del Crimen, a ver si corría con la suerte (porque realmente es suerte) de encontrarme unos zapatos arriba del número 7. ¡¡¡EEEEEHHH!!! ¡¡¡ERROR!!!

Para alguien cuyo única parte pequeña en su cuerpo son sus ojos (en poco tiempo subiré una foto para presentarme formalmente) es bastante frustrante. No corrí a mi casa a llorar pero tampoco me emocionaba ponerme mis zapatillas de siempre o mis taconzotes góticos que nada tenían que ver con el vestidazo que había comprado días antes. Comprar online no es una opción para mí, ya que no me los puedo probar y son pocos los sitios que aceptan devoluciones.

Lo gracioso de ésto es que una amiga con 13 kilos de menos de su peso regular y con más de 1.80 de estatura, tampoco encuentra zapatos de su talla. Así que en este caso ya no hablamos solo de exceso de masa corporal, sino también de la altura, que hace que necesitemos soportes más grandes. O díganme, ¿por qué es prácticamente imposible que un lápiz se coloque de manera vertical desde el grafito puntiagudo?

México ha crecido no solo demográficamente. Habemos mujeres que no precisamente tenemos pies de geisha. 

Ahora que lo pienso, tal vez sí deba tomar clases de zapatería... sería un negocio redituable..

2 comentarios:

  1. Pues fíjate que hace poco fui de compras al Liverpool de Plaza Galerías, y mientras esperaba en la caja con mi madre, no pude evitar escuchar la conversación que tenían una de las empleadas de la tienda con una señora que iba con su hija.
    La Señora contaba que habian ido a ver si conseguian unos zapatos para la muchachilla, pero que no encontraron nada de su talla. Así que la empleada preguntó que número calzaba; ella respondió que 5. Y cual va siendo mi sorpresa e irritación cuando la chinche vieja le contesta: ¡Con razón, pues que patotas tienes!
    Claro, porque la diferencia entre calzar del 4 a calzar del 5 es abismal. -_-

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  2. Jajajajaja, y la vieja que se quiso ver muy amigable diciéndole a la pobre niña que tiene unas "patotas"... A mi me han salido con:

    Doris: Hola, disculpe, ¿tiene modelos en siete?
    Vendedor@: ¿De cual quiere?
    Doris: Pues del que tenga
    Vendedor@: Es que manejamos hasta el seis

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