sábado, 30 de junio de 2012

Obesidad mental

Esta entrada podría tener un título engañoso. Pero una vez que se ha comenzado a leer adquiere todo un sentido. De hecho, tiene el mismo título de un correo que me llegó hace como dos semanas y que no había abierto. Es raro, ya que ahora todo es etiquetado en Facebook y muy pocos suelen enviar "forwards" con archivo adjunto. Este es un power point que lleva dando vueltas al menos desde el año pasado y resume el libro "Mental Obesity" de Andrew Oitke, donde hace una analogía entre la mala alimentación (literal, comida) con la calidad de la información que recibimos por parte de los medios. Todo esto va de acuerdo a la tensión electoral de esta mitad del año en México, donde el movimiento Yo Soy #132 acusa a las dos televisoras más importantes del país de manipular las encuestas y la información sobre los candidatos y sus campañas. 

"Obesidad mental" compara la comida chatarra "fast food" con revistas de tabloides sensacionalistas, los dulces y golosinas con las caricaturas, videojuegos y telenovelas que los niños (y adultos también, no se hagan) engullen diariamente. 

Como sabemos, la obesidad física siempre conlleva a serios problemas de salud, tales como hipertensión, diabetes, atrofia muscular, entre otros. Asimismo, el exceso de información chatarra es, creo yo, el peor problema de salud pública en el país. Solo hace falta sentarse a ver la edición vespertina del noticiero de Azteca para darnos cuenta que lo único que hacen es distraernos de lo importante. No digo que debamos estresarnos con cada cosa que pasa en el mundo, pero me molesta (el que me conozca sabrá que estoy siendo suavecita con el término) ver que se dedica mucho más tiempo a "futbolizar" la cabeza del pueblo en lugar enseñarnos propuestas con contenido lo más objetivo posible, para poder formarnos un criterio personal y ser parte activa de nuestra sociedad. 

Aquí les dejo una reproducción en video de la misma presentación de power point. Vale la pena reflexionar un poco sobre todo esto.







domingo, 17 de junio de 2012

Calorías, qué diantres son.

Sí, las contamos, las odiamos o las ignoramos, pero influyen en nuestra manera de hacer bilis todo el tiempo y muchas veces ni recordamos qué son o de dónde salieron (porque seguramente en la secundaria o la prepa nos explicaron y nomás no nos importó).

Se derivan de la palabra "Calor" y son el equivalente de la energía que se obtiene de los alimentos. Dice el sitio Mis respuestas.com:

Desde el punto de vista de la ciencia, las calorías son una unidad de energía, la necesaria para subir la temperatura de un gramo de agua de 14,5 a 15,5 grados celsius estando a nivel del mar. La caloría es parte del Sistema técnico de unidades, y normalmente se mide en kilocalorías o Kcal.

La historia de las calorías data de 1819, en donde Nicholas Clement, un químico francés usó y definió el término por primera. Existe controversia en términos de quién inventó las calorías o este término, y también franceses como P.A. Favre y J.T. Silberman son buenos candidatos. Lo que es común acuerdo, es que el término surge de Francia, durante el siglo XIX.

El asunto desde un punto de vista dietético es sencillo: si se consumen a través de los alimentos más calorías de las que usamos durante nuestras actividades diarias, subimos de peso almacenando energía en forma de grasa, y si usamos más calorías de las que adquirimos vía la alimentación, entonces eliminamos esa grasa y bajamos de peso. 

He visto gente que se la vive consultando tablas de contenido calòrico en cada cosa que pretenden consumir. Ha de ser bastante fastidioso, pero dadas ciertas circunstancias es necesario, sobre todo para gente con problemas de sobrepeso, el cual ya influye en la salud, generando enfermedades como la diabetes, la cual es recurrente en personas con sobrepeso exagerado.Esto lo expondré otro día ya que tengo un muy reciente sinsabor relacionado con dicho padecimiento. Definitivamente no es algo que deba de tomarse a la ligera.  

miércoles, 6 de junio de 2012

Curvas tuneadas

Delta Work, temporada 3.
Preciosa, pero la odio.


Los fans de RuPaul's Drag Race no necesitan mayor explicación. Para los que no saben, éste es un programa que se dedica a buscar a la nueva reina del Drag en Estados Unidos, es decir, el mejor travesti. Amo ese show. Me he chutado las primeras 3 temporadas y no puedo esperar a la cuarta, que acaba de terminar en gringolandia, pero a la que se tiene acceso gracias al milagroso youtube. El programa es divertido, creativo, te abre la mente y aprendes mucho. La mayoría de los concursantes son verdaderos artistas. Claro que hay otros que... pfff... bueno, como en todo. Engalanan la pasarela algunos ejemplares de grueso calibre. Desafortunadamente no han avanzado mucho, pero esperemos que algún día puedan ganar la competencia. Aquí les dejo a Latrice Royale, de la cuarta temporada.


Mugre video no entró... :(

They tried to make me go to rehab and I said... ni pedo, ni pedo, ni pedo...

Como el estrés es de lo único que no me puedo deshacer, tengo que prescindir de cualquier otra cosa que le haga daño a mi organismo, así que llevo poco más de un mes en desintoxicación forzosa. Obviamente tengo la opción de seguir con mis prácticas cotidianas de embutido estomacal y entumecimiento alcohólico y esperar a que Dios Padre, intempestivamente, reclame mi alma retorcida. Opté por enderezarme, a final de cuentas es mejor y me sale más barato.

La que se fue de parranda fue mi musa, o puede ser que también esté en rehabilitación y por eso no se digna a asomar su dulce rostro. Definitivamente la rutina no es una buena terapia y buscar otras opciones exige energía, de la cual carezco en estos momentos. Esto es bastante contradictorio ya que se supone que tengo el cerebro más oxigenado, así que debería tener más ideas y mucho más claras. Creo que es la falta de gluten. A ver si con la quesadilla clandestina que me atraqué hoy puedo empezar una nueva etapa de escritura. De hecho hay varios temas que me gustaría tratar esta vez, como los celos, la infidelidad, las calorías, el reciclaje, la comida vegetariana, el fondant, los concursos de belleza, la hipertensión, y la obsesión de las pulgas por los gatos siameses. Me gustaría hablar de política pero carezco de conocimiento suficiente y seguramente al rato me ensartan un anuncio del copetudo a medio blog. De todas maneras se aceptan sugerencias.

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