jueves, 5 de abril de 2012

Joder: algunos cobran por eso.

Muchos comediantes desde siempre se han dado a la tarea de chingar al público desde el escenario, y hay quienes pagan por entrar a verlos y ser las víctimas. Claro que hay que tener gracia para joder sin que el blanco de las burlas se moleste. Hay algunos que tienen ese don, y hasta ganas dan de decir "sígueme chingando, que me encanta". Existen otros que, bueno, siempre andan con un ojo morado porque se pasaron de chistosos. Para eso existen los límites, la familia siempre perdona por más que chingues, tal vez hasta te aplauda y se ría después de un tiempo, pero el resto de la gente no.

Me contaba una de mis primas que tiene una "amiga" del trabajo que, a pesar de ser rescatada en la canasta de "3 x $50" de una tienda de artesanías, se sentía como una diosa escandinava, y siempre le hacía "bromas" por su exceso de volumen. A otros los tacha de incompetentes, de intolerantes y neuróticos... y se los grita en la cara con sonrisa en los labios. Es tanto lo que ocupa en joder y en hacer sus shows que hasta parece que su nómina se basa en eso. Mi prima, inteligente como es, se dedicaba a contestarle de manera tan sutil que todos lo entendían menos la supuesta amiga, cuya capacidad de raciocinio es tan profunda como una cuchara. Pero una persona así no se limita a burlarse de un solo individuo. Cuando la estúpida se da cuenta de que lo es, se empieza a poner agresiva, y sus bromas van más allá, al grado de levantar demasiado la voz, hacer comentarios sin fundamento y tratar desesperadamente de parchar su realidad humillando a los demás.

 "Creo que si realmente supiera lo que la gente opina de ella saldría llorando"- dice mi prima. "Al principio a todos nos daba risa las cosas que decía, a todo mundo le tocaba y era más relax. Pero algo pasó después, creo que se confió. Perdió perspectiva y empezó a hacer todo mal, desde su trabajo hasta sus relaciones personales. Ella perdió credibilidad poco a poco y ahora nadie la toma en serio. A veces ni siquiera le prestan atención porque piensan que ya no vale la pena, como si estuviera en estado vegetativo esperando que la desconecten, pero ya a todos les da hueva jalar el cable. Eso sí, después de te exprime la última gota de paciencia viene hacia ti pestañeando con unas galletitas como si no pasara nada".

Jajaja, bueno, al menos no lee ésto la pobre, aunque tampoco creo que lo entienda. Eso sí, esta clase de gente aporta mucho, es como una especie de prueba que hay que brincar de una manera o de otra, porque ellos ahí se quedan. Son personas que, en el fondo, nunca están contentas consigo mismas.

Todos tenemos un Gollum en la vida (porque nosotros lo adoptamos), nos jode todo el camino con su doble cara. ¡Pero he aquí que los poderes superiores se ocuparán de que las llamas de Mordor incineren su maldad y el enano mugriento pague todos y cada uno de sus karmas!
My prrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrreciousssssssssss..........

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