martes, 17 de abril de 2012

Novias...

Y que nos quitan el internet en la oficina. No pienso hablar en detalle del por qué, pero el día que la política sea para beneficio del pueblo este país será grande, muy grande. En fin, ese no es el tema de hoy.

Hace poco me cayó el veinte de que la mayoría de mis amigas están casadas, arrejuntadas, con o sin chiquitos, algunas exageradas ya tienen, incluso, más de uno. Lo que se me hace más interesante es que también me ha tocado ver hombres desesperados por "echarse la soga al cuello". El año pasado, un cuate publicaba en Facebook fotos de la iglesia, la hacienda, el pasto, el plato, ensayos del coro, etc. La novia no decía ni pío. Es más, puedo casi asegurar que el que iba a usar el velo era él.

Cuando se comprometió mi mejor amiga de la secundaria, no la vi en meses. Se la pasaba dando vueltas con el teléfono en la mano, averiguando si la banda daba globo y sombrero, si el banquete no era de quinceañera, a cuánto los recuerditos de paloma escarchada y encaje, si cobraban el insecto con todo y las flores, si las tías ya se habían retocado las raíces y contando pases "intransmisibles", los cuales al final valieron gorro porque entró gente despistada de la boda de al lado.

Los pocos días que la mujer me daba cita para pasar a verla, su cama estaba llena de revistas de vestidos de novia. Desde el ochentero de escote corazón y manga abuchada con tiara en la frente cual Sailor Moon, hasta unas verdaderas locuras de alta costura. Creo que esa es la mejor parte y la más estresante de todo el proceso. La atención siempre se centra en la novia y en su ajuar. Hasta parece que una invita a la gente para que la estén chingando a sus espaldas. Pero ese día, la del "oso" fue la suegra, que durante la cola para agarrar el ramo se fue por otro lado llevándose a unas 20 incautas atrás de ella, incluyéndome. Como soy la eterna solterona tengo pase permanente y obligado a recoger el ramo. Gracias a Dios y a ciertos conocimientos de física siempre logro ponerme del lado contrario a donde cae. Pero aún así, me encanta ver los vestidos, hojear la revista y decir "Si me casara usaría éste, o éste, o éste". Claro que en ese tiempo tenía 6 años y 30 kilos menos. Ahora tendría que considerar ciertas restricciones u olvidarme de los complejos. Yo prefiero lo segundo (a mi no me cubren los brazos a menos que esté nevando, he dicho), pero aun así es bueno mirar modelos hechos especialmente para cuerpos curvilíneos. Navegando encontré este blog, aquí se queda el link: http://vestidosdenoviatallaextra.blogspot.mx/

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