viernes, 20 de abril de 2012

Despedida de soltera: antecedentes.

Apenas terminaba de acostumbrarme a la idea del post anterior y resulta que se compromete mi primo con su novia de la universidad. Justo hace unos días platicaba con ella sobre vestidos y me mostraba el modelo que había elegido "por si algún día se casaba". ¡¡¡Felicidades Nic y Chinito!!!. Ahora empieza la cuenta regresiva para la boda. Va a ser prácticamente la primera boda formal entre los nietos de mi abuelita. Desconozco aún los detalles. Realmente no me gustan las bodas, pero las despedidas de soltera no me caen tan mal. Aunque hay de casos a casos.

La primera a la que debí asistir resultó ser de tipo religioso. Recuerdo que me tocó llevar un crucifijo. Lamentablemente un contratiempo me hizo llegar cuando todo había terminado. Hasta esperé 10 minutos en el auto para cerciorarme de que todos los rezos estaban concluidos. Así que con el dolor de mi corazón me bajé, ofrecí una disculpa y llevé mi botella de herejía con vodka a casa de unos amigos.

La semana siguiente fue la despedida vulgar. Nos fuimos a un antro gay, de esos con strippers. La novia, su mamá, mi mamá, mi tía y una amiga se lanzaron al evento del día junto conmigo. Esa noche dio un excelente show Regina Orozco. Como se hacía tarde para las señoras y los hombres no salían, mi madre, impaciente cuando se trata de perder horas de sagrado sueño, se levantó casi violentamente para salir del lugar alegando una fatiga extrema. Ya se preparaban todas para salir cuando las luces se apagan y la voz de la Mami Blue anunció:

"Y ahora, directo desde la colonia Alemán, oriundo de Guadalajara, Jalisco, presentamos a …. JEAN PAUL!!!!!!"

Me imagino que así se escribe porque sinceramente escuché "yampol". Pues envuelto en humo y cuero negro, muy a lo Matrix combinado con Steven Seagal y el bailarín moreno de Caló aparece el hombre sobre el escenario bajo un reflector blanco. La música empezó y la gente gritaba y aplaudía. Volteé a ver a mi madre para preguntarle si nos íbamos ya cuando la veo, con la bolsa en la mesa otra vez, bailando y aplaudiendo con la sonrisa de nuca a nuca. Mi tía un poco boquiabierta aplaudiendo sentada y la mamá de mi amiga discretamente me llamó para preguntarme "Oye hija ¿Y cuánto cuesta el privado?" No recuerdo cual de todas tuvo el atrevimiento de sacar un billete de 20 para ponerle en la trusa… o donde apretara. Al final de la noche, como por ahí de las 3 o 4 de la mañana, todas regresamos a nuestros hogares con una sonrisa. En mi caso también con varias carcajadas.

Ahora, a ver qué nos espera con la despedida de la novia de mi primo. La amenacé con un pastel con forma de pene relleno de crema española. Incluso he pensado en un mecanismo para que al cortarlo salga el relleno por la punta. Aunque, siendo realistas, eso estaba bien hasta hace unos años, cuando todavía había quien llegaba virgen al altar y las señoras con más experiencia podían aconsejarla sobre el manejo de ese miembro tan importante en la nueva familia jejejejeje. Ahora creo que lo más adecuado sería agarrar a sartenazos una piñata fálica.

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