Otra de pies

Y no me cansaré de decirlo: ¡LOS PIES DE MÉXICO HAN CRECIDO!

Después de algún tiempo tras mi último intento de encontrar zapatos en Playa del Carmen que me acomoden, tomé la decisión de ir por última vez a las zapaterías de Mérida. Después de dos apretados pares en Méndez (famosa y grande zapatería ubicada en Prolongación Montejo, antes del club Campestre), me arrastré como pude a la Plaza Altabrisa, a ver si en Nine West (mis primas me dijeron que habían tallas grandes) hallaba algo más decente. ¡Eeeerror!

De entrada, los zapatos sólo llegaban hasta talla siete, y eran angostos, lo cual tardé en entender un poco porque la querida persona que me atendió, me daba las tallas "americanas". Y yo que me había emocionado cuando me dijo que tenían hasta la 10. Así que terminé diciéndole: Please, can it be in spanish?... Acto seguido de su cara de espanto nos retiramos de la tienda mi muy risueña madre, mi tía, mi abuelita y yo.

Dos horas, un jugo de chaya y seis tiendas después, logré encontrar unos que, aunque no fueran exactamente lo que estaba buscando, me van a sacar de apuros.


Aun así, sigo caminando con la cabeza alta sobre el sendero de la decepción. Algún día se nos hará justicia y podremos tener la confianza de que no tendremos que cortarle las puntas a los zapatos para poder sacar los dedos y poder andar tranquila y glamorosamente por esta vida dura con comerciantes traicioneros... y malinchistas.