Una vez me peleé con una "amiga" por dos envases de caguama... pero no literalmente. Entendió mal un mensaje de texto, se puso agresiva y la cosa se puso horrible. Eso fue hace como 8 años y hasta la fecha no nos hablamos. Hoy, me enteré de un pleito por un hot-dog. Casualmente anoche veía un capítulo del programa "La verdad sobre los sexos" en el Discover H&H, pero ahora nos enfocaremos en el chisme mañanero y como cada quién tenía su punto de vista.
Nuestra amiga Mortadela, mujer de proporciones por encima del estándar, venía con hambre desde el día anterior, ya que no cenó nada. Esa mañana se levantó y se preparó alegremente dos hot-dogs, acompañados de un escarchado vaso de refresco de cola. Se sentó a la mesa y plácidamente se terminó el primero. Su novio Huesencio, delgado por naturaleza (cagada No.1, involuntaria), inteligente, considerado, fiel y apasionado amante de las curvas de su querida, estaba en la computadora pero desde su ángulo no podía ver bien el plato, asi que solamente vió cuando Mortadela le puso la mano al segundo. Muy elocuentemente y con una pequeña risita comentó:
- ¿El segundo? ¿Cuántos te vas a comer? Te aseguro que tienes un tercero por ahí escondido :D - (cagada No.2)
- De hecho son solamente dos... gracias -dijo Mortadela bastante molesta, y dejó el segundo hot-dog en el plato, como si tuviera caca en lugar de catsup.
En ese momento se desató una batalla entre ¨¡Pero por qué te molestas, si me gustas como eres, yo nada más estaba jugando contigo, eres una exagerada!, etc.¨ contra ¨¡Pero cómo se te ocurre preguntarme semejante cosa, como tu eres flaco nadie te molesta con lo que comes aunque te atasques de basura, tu no sabes cómo ando de tensa!" y otros y otros llantos más. Después de 4 horas de verse las puras caras, ponerse literalmente a llorar porque una se sentía estúpida por neurótica y el otro se sentía un fracasado por no hacerla feliz y porque la vió refugiando su frustración en un cigarro, llegaron al acuerdo de aguantarse sus traumas y se dieron una rev.....conciliación de 3 finales felices.
Ella dice: Soy insegura, como toda mujer. A ninguna nos gusta que nos insinúen cualquier cosa que tenga que ver con nuestro sobrepeso, y cuidadito con preguntarnos nuestra edad. El hecho de que Huesencio me haya preguntado eso, por muy inocente que haya sido, en mi cabeza significa "¡Mira cómo tragas!". Me siento una cerda asquerosa. Y luego, al muy simpático se le ocurre decirme "¡Pero si eres mi gorda sexy!" (cagada No.3) ¡Casi lo mato! ¡Solo porque no estoy en mis días, si no, nos echábamos un partido de eggball, a ver si con dos patadas en los huevos le caía el veinte de que no me debe de decir esas cosas, por más real que sea! Los hombres no tienen consideraciones con nosotras, no nos escuchan cuando decimos las cosas, no nos comprenden, creen que nomás estamos ahi paradas llorando como tontas por nada y luego cuando una les reclama dicen que somos unas histéricas. ¡¡¡Pues me niego a seguir soportando que blah blah blah blah blah blah blah...!!!!
Él dice: Yo solo quería que me dijera que esa tercera salchicha que se iba a meter en la boca era la mía. :(
Pobre :(
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