sábado, 7 de julio de 2012

No se si compadecerla o romperle la madre

Estaba felizmente escribiendo mi post sobre glucosa cuando se me ocurre entrar al Facebook. Me integré hace un tiempo a un grupo que se llama "A favor de las curvas peligrosas y no de las rectas difíciles". Creo que el contenido es obvio jajaja. Ahi me topé con una supuesta carta de un hombre a sus amigas que habla de la belleza de la mujer curvilínea y el amor que nos tienen ellos, así como nos debemos de tener nosotras mismas. Me llamó la atención un post abajo que incluye un link cuyo título dice "7 ventajas de la gordura" de una mujer llamada Alejandra Azcárate. El link es de la revista Alómujeres.com. Fulanita escribe lo siguiente:

Si la ven, denle una galleta.
Me gusta el cuerpo liviano, ágil y elástico. Me identifico por mi genética y metabolismo con una estética sin protuberancias, relieves y desproporciones. Pero así mismo, hoy decidí alejarme de mi primaria perspectiva de lo bello para abrir mi mente y analizar las ventajas de la gordura. Una mujer que nace gorda o que se engorda debe tener ciertos puntos a su favor que deben ser resaltados y no señalados por las flacuchentas como yo.
  1. No piensan a la hora de comer. Esa es una invaluable sensación de libertad. No se mortifican por los horarios adecuados para ingerir los alimentos ni mucho menos se estresan por la escogencia de los mismos. Una bandeja paisa al desayuno no es una posibilidad absurda, al contrario, puede ser una realidad semanal.
  2. Cuando van a los almacenes no se pasan horas midiéndose opciones de prendas porque pocas veces encuentran su talla. Sus compras son breves. ¿Qué me queda? Eso me llevo. Punto.
  3. Se sienten como unas princesas ya que ellas sí conocen de cerca la verdadera caballerosidad. Los hombres les ceden el puesto por miedo a que se les sienten encima, las miran con ternura para evitar una agresión, les sonríen, las saludan con palmada en el hombro, les corren la silla porque no caben, les abren la puerta del carro para cerciorarse de que sí entran y no las morbosean porque rayarían con la aberración.
  4. Disfrutan a plenitud la amistad. Las gordas no generan envidia, así que además de convertirse en grandes amigas producen una confianza que solo es recompensada con lealtad. No sufren el dolor de la traición ni prueban el veneno del engaño.
  5. En el sexo se desinhiben con facilidad. Contrario a sentir complejos por su figura, tienden a ser tan seguras de ellas mismas que se convierten en grandes amantes. Siempre se entregan como si fuera la última vez, porque de hecho saben que podría serlo. No tienen límites, no les preocupa si la luz está prendida o apagada, no las altera ninguna posición, saben con certeza que su fortaleza es generar placer hasta el punto de hacerle olvidar a su pareja la sensación de estar amasando un sofá abullonado.
  6. La playa o el plan de piscina no las cohíbe. Uno las ve pavoneándose sin pareo y sin el menor pudor. Se asolean como un sapo boca abajo desparramadas sin tapujos. Con la bronceada se les marcan los pliegues a los cuales el sol no alcanzó a entrar, quedan llenas de líneas como si hubieran sido atacadas por un león y no les importa. Salen de esqueleto, ombliguera o shorts, frescas.
  7. No viven pendientes de los tratamientos, trucos o sistemas para alcanzar la figura ideal, son conscientes de su realidad, se aceptan evitando luchas sin sentido. Así se aman y así las aman.
Si resumimos, la gordura genera libertad. Algo que pocos seres logran conocer a lo largo de su vida. Es cierto que por momentos debe producir insatisfacción y una lucha por modificar lo existente. Pero a la vez se alejan con facilidad de las presiones y convierten su figura en su mayor factor de seguridad.
Con todo y eso, no nos digamos mentiras, es mejor ser flaca. Así que no se engañen más. Dejen de pensar que son de huesos grandes, que retienen líquido y que el color negro adelgaza. Están gordas. ¡Asúmanlo! Y así suene cruel, es la cruda verdad. Ojo no con la tiroides sino con la ‘mueloides’ y sobre todo no olviden que uno gordo se ve lindo solo cuando es bebé.

Opiné en su momento y lo vuelvo a decir... Si la veo, la aplasto mientras me saboreo un sandwich jajajaja. Pobre, esta mujer tiene de neuronas lo que tiene de centímetros su cintura.


Otro de nuestros colaboradores lo compartió y escribió lo siguiente: Aqui hay una mierda tan magníficamente inútil de gente que piensa tanto como come jajajaja


La revista ofreció disculpas a las lectoras con una extensa carta, que incluye las siguientes líneas.

Perdón, perdón, perdón...(...) Con tristeza y sorpresa leímos los trinos y los posts de siempre, pero esta vez muchos de ellos con un tinte de desconcierto y hasta rabia por las opiniones de Alejandra Azcárate reflejadas en su más reciente columna. (...)Como directora, se me arruga el alma. Primero, al pensar en las lectoras que se han sentido ofendidas por estas palabras. Y a ellas les pedimos millones de perdones, a la vez que les damos millones de gracias.
Millones de perdones porque, repito: no es ni será nuestro propósito que seamos el escenario para pasar un mal rato sino todo lo contrario. Como medio de comunicación que somos, tenemos la responsabilidad de publicar diversas opiniones, puesto que ello nos permite acercarnos más a la totalidad y alejarnos de la subjetivad. Una sola ponencia no constituye la verdad.

Les dejo el link por si quieren leer los comentarios jajajaja, yo ya comí suficiente mierda por hoy, entre esta tipeja y el estúpido mecánico que tuve que tratar en la mañana. No importa, a él también lo puedo aplastar.

1 comentario:

  1. Jajajajjaja, "Denle una galleta"... Estaría bien, pero creo que iría directamente al baño a vomitarla :S

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