Usar zapatos cómodos: No vale la pena torturar a los pies todo el día solo por el "amor al arte". Si tienen tacones o son cerrados no debemos usarlos todo el día.
Revisión constante: Busquemos manchas, ampollas, callos o despellejamiento, siempre es delicioso un buen masaje.
Cortar las uñas en línea recta es primordial para evitar que se encarnen (porque ¡¡¡¡uuuutaaaa cómo dueleeee!!!!!). Si se encuentran manchas, color amarillento o francturas hay que consultar con un podólogo, para descartar la presencia de hongos.
Higiene: El agua tibia y un jabón suave son buenísimos para los pies. No hay que olvidar lavarlos y secarlos bien, sobre todo entre los dedos. Los ojos de pescado se eliminan con productos específicos o puedes acudir con el especialista. Los callos pueden rebajarse con piedra pómez o con limas. Nunca deben usarse navajas o tijeras. Si se tiene diabetes hay que tener muchísimo cuidado con ésto.
Calcetines: limpios siempre, de fibras naturales, sin figuras, parches o cualquier cosa que pueda provocar roces. Tampoco deben ser apretados ya que causan una circualción deficiente.
Cuando tomes sol, protege la parte superior de los pies con un buen bloqueador. Es horrible andar con las marcas de la chancla jajajaja.
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