domingo, 17 de abril de 2011

Personalidad inmadura

Todo el proceso de estar vivo incluye muchos altibajos. Como diría mi serigrafista, eso le da sabor al caldo. El que sea completamente feliz merece ser donado a la ciencia para ser estudiado y admirado. 

Aparentemente, a estas generaciones nos agarra el Síndrome de Peter Pan, es decir, nos negamos a crecer y contamos con una "eterna adolescencia". Claro que no siempre depende de uno. El contexto en el que vivimos, la familia, la escuela, las amistades, influyen en nuestro desarrollo psicológico, aunque con esto no esté diciendo nada nuevo. 
He llegado a escuchar a varias personas arriba de los 50 años decir que a sus hijos (si tienen de 30 años para abajo, seríamos nosotros) los ayudan demasiado, al grado de resolverle todos y cada uno de sus problemas.  No conozco el caso personal de cada individuo que lea esto, pero creo que al menos, nos ha tocado ser o conocer a algún "hijo o hija de papi", que al perder todo se vuelve un manojo de inseguridades. Por otro lado, también están los que siempre fueron pisoteados y que no pueden estar contentos consigo mismos. 

Enumero las características de una personalidad inmadura, resultado de las inseguridades adquiridas por los medios nombrados con anterioridad. Las encontré en un artículo dedicado a los padres para ayudar a sus hijos adolescentes para alcanzar la madurez afectiva, pero creo que podrían ser útiles a manera de auto evaluación.

  • Sentimiento de inferioridad. Esto hace que las personas se comparen con los demás y que tiendan a ver lo negativo.
  • Angustia y nerviosismo.
  • Perfeccionismo.
  • Rigidez. La inseguridad lleva a aprender pocas cosas y a hacerlas constantemente, porque es lo que cada persona domina. Esta conducta puede provocar conflictos con los demás, ya que los demás tienen otras formas de actuar o de pensar.
  • Pesimismo: Miedo a equivocarse.
  • Inseguridad que conduce a la duda y a la indecisión. Los inmaduros dependen siempre de alguien o de las innumerables metas que se van marcando.
  • Obsesivos. Como estas personas “no pueden cometer fallos”, lo planean todo.
  • Elevada autoexigencia.
  • Extroversión. Las personas inseguras se vuelven hacia los demás, pero no se conocen.
  • Baja tolerancia a la frustración. El más mínimo contratiempo les hunde.
  • Inestabilidad de ánimo.
  • Respuestas emocionales desmesuradas.
  • Susceptibilidad.
Entre las recomendaciones para superar esta situación, se recomienda ejercitar la voluntad, el autoestima y dejar a un lado el "qué dirán", dominar en la manera de lo posible los estados de ánimo, practicar la templanza y descansar las horas pertinentes, además de ocupar el tiempo libre en actividades productivas.

En definitiva, podría decirse que los componente fundamentales para poder llegar a la madurez afectiva son:
  • Autoestima y autoaceptación.
  • Desarrollo de la fortaleza, de la templanza, del esfuerzo y de la propia voluntad.
  • El autoconocimiento.
  • La valoración y la solidaridad con los demás.
  • Conjugar la libertad y la responsabilidad.
  • Fijarse metas de desarrollo personal y acometerlas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comments system

Disqus Shortname